Siguiendo en el plan de los Zoete Maanden (Dulces Meses), estrenamos último mes del año de manera espectacular.
Blanca y radiante se muestra la Navidad. Como en un cuento de hadas. Un cuento de esos que leíamos - o nos leían - cuando eramos chicos. Y pensábamos desde nuestra otra punta del mundo, cómo será festejar realmente una blanca Navidad?
Acostumbrados a sufrir los apretantes meses de verano, los Papa Noel (Santa Claus latinoamericano) recorren la ciudad con sus campanitas y sus pesados trajes rojos y blanco. Comemos pan dulce, nueces, turrones y el infaltable pavo de la Nochebuena. Cuando en realidad estas son tradiciones típicas de los países que sí sufren frío y por esa razón consumen tantas calorías.
Nosotros transpiramos la noche del 24 de Diciembre, salimos a la calle en manga corta a encender cañitas voladoras y otros elementos de fuegos de arificio, mientras los congéneres de este lado del mundo se abrigan como esquimales, se recluyen en sus iluminadas y decoradas casas mientras sus chimeneas vomitan humo.
Aún falta el festejo de Sinterklaas, este próximo domingo 5 de diciembre, pero la dulzura no se acabará con la despedida del santo rumbo a casa.