martes, 11 de febrero de 2014

Hermitage – celebrando los lazos entre Rusia y Holanda



Ya hacía un tiempo que no me daba el gusto de visitar un museo. Y hacía rato que tenía el Hermitage en la mira, pero por una razón u otra quedaba relegada la visita.

El pasado fin de semana estuve en Ámsterdam con una amiga y aproveché que ella es también una ‘mente cultural’ como yo y fuimos juntas. Con la Museumkaart la entrada es gratuita.
Al contrario de los muchos museos que hay en Holanda y específicamente en la ciudad de Ámsterdam, el Hermitage es algo diferente. Si bien está considerado como un museo, en mi opinión tiene más calidad de edificio cultural que otra cosa. Pero para entenderlo mejor tendremos que remontarnos primero a su pasado.

Imponente edificio con fines altruistas

Lo que más llama la atención es su tamaño y su belleza arquitectónica. El Hermitage es un imponente edificio ubicado sobre dos de los bellos canales de la ciudad de Ámsterdam, el Nieuwe Herengracht y el Nieuwe Keizersgracht y pertenece al conjunto de edificios Amstelhof sobre la calle Amstel.
Desde 1681 pertenece a la Diaconía, luego también a la llamada comunidad reformista, tras la secularización.

Amstelhof antes

Construido en estilo clásico su primer fin fue el de asilo para personas mayores sin recursos económicos (principalmente mujeres y luego también fueron admitidos hombres). La construcción fue posible gracias a una donación de la dirección de la municipalidad por ese entonces.
Durante más de 300 años fue exclusivamente utilizado como asilo y luego como hogar de cuidado de ancianos.

En 1999 la administración decidió pasar el edificio a la municipalidad de Ámsterdam y que esta decidiera su nuevo destino. Los últimos residentes del asilo de ancianos vivieron allí hasta el año 2007, y luego fueron a hogares más modernos que fueron construidos en las ciudades de Nieuwe-Vennep y Diemen.

Historia y origen del edificio

Barent Helleman fue un rico comerciante quien, al morir y no tener descendencia, dejó la suma de 90.000 florines como legado a la parroquia de la por entonces Diaconía. La diaconía decidió entonces construir la casa con ese dinero. Con la idea de ayudar a las mujeres ancianas, llamadas ‘oude besjes’ (algo así como ‘viejas abuelitas’). Durante esa época, las mujeres necesitadas iban a parar a casas de cuidado particulares, lo cual resultaba ineficiente y muy caro. Por esta razón la ciudad donó un pedazo de terreno para la construcción de este asilo. 

Actual fachada
Amstelhof se terminó de construir unos 16 meses después. La casa brindaba atención y lugar de hospedaje a alrededor de 400 mujeres. Las mujeres que podían ir a vivir a la casa tenían que ser mayores de 50 años, ser miembros de la iglesia como mínimo durante 10 años y llevar 15 años de residencia en la ciudad de Ámsterdam.

Arquitectónicamente poco tiene que ver con la fisonomía típica de las casas que bordean los dos canales donde se encuentra ubicada. Una de sus características principales es su fachada clásica, con una longitud de 102 metros que ya en 1683 era la casa más larga de toda la ciudad. La propiedad cuenta con bellas proporciones, de diseño sencillo y estructura simétrica. La entrada principal es monumental pero es una entrada falsa. Los alcaldes de la ciudad no concebían una casa de semejante tamaño que no tuviera su propia vereda, por lo que se creó una puerta de las dimensiones necesarias, pero esta puerta da justo al pasillo central de la iglesia, por lo que se decidió utilizar otra puerta como entrada principal al asilo.

Al lado de la falsa puerta principal se encuentra la puerta de proveedores, la llamada Ossenporte (Puerta de los bueyes). Por allí se le daba acceso a los que traían los alimentos, que llegaba en contenedores, plantas en macetas y animales vivos enjaulados (como también bueyes) que entraban directamente al patio central, donde luego eran sacrificados. En la actualidad esta es la puerta por donde entran los visitantes al museo.

El hall (pasillo) de la Iglesia, centro del hogar

Pasillo de la iglesia
Resulta bastante impresionante caminar por las inmediaciones de la casa para, de repente, encontrarse con este largo pasillo color blanco donde se encuentra la iglesia. No sólo posee un inmenso órgano también están los bancos característicos. Con grandes ventanales, es una estancia muy luminosa que irradia una gran paz.

Órgano de la iglesia
Durante el siglo 17 funcionaba como sala principal del hogar. Aquí se realizaban los servicios de misa y también funcionaba como comedor. Tres veces al día se servían comidas en largas mesas para las ancianas residentes.

Hasta el siglo 20, esta sala era – después de la gran sala de los ciudadanos de la alcaldía ‘Burgerzaal  van het  Stadhuis’) – la más grande de toda la ciudad. Por esta razón se la utilizó en muchas ocasiones para celebraciones y como sala de recepción para las visitas oficiales de dignatarios de todo el mundo. Miembros de la Casa Real utilizaron Amstelhof para sus visitas y también se organizó un gran almuerzo en honor al primer ministro inglés Sir. Winston Churchill.

La mayoría de las mujeres compartían las habitaciones, de a 4, de ahí el nombre de ‘chambrettes’ a dichas habitaciones.
Recepciones
A principios del siglo 18 se construyeron habitaciones individuales para las mujeres inválidas y/o enfermas.
Los hombres recién fueron admitidos a hospedarse  a partir de principios del siglo 18.

Ya en el año 1725 la cocina junto con la sala pasaron a quedar pequeñas, por lo que se decidió traspasar la cocina al sótano que se mantuvo en uso hasta el año 1862. A diario se cocinaba aquí en sus grandes calderas de ladrillo. Para lograr revolver la comida, el cocinero tenía que treparse a una gran escalera de madera!

La cocina fue posteriormente restaurada y se siguió utilizando hasta el siglo 18.

Las habitaciones de los regentes se encuentran a ambos lados del edificio, que dan a las esquinas sobre la calle Amstel. Desde estas recámaras se dirigían todos los asuntos relacionados con la casa. Los regentes eran los responsables de la toma de decisiones y representaban a la diaconía.
 
La actual cocina en el sótano
Reconstrucción del Amstelhof

Con el correr de los siglos el asilo fue quedando pequeño. Ya no sólo albergaba a las mujeres ancianas, luego también los hombres fueron admitidos y también parejas.
Las personas que estaban enfermas o se encontraban en estado de extrema debilidad podían ocupar sus propias habitaciones individuales, lo que resultó en la necesidad de crear más espacio.
Técnicamente, el Amstelhof necesitaba de varios ajustes, ya que para caldear las habitaciones era necesario tener electricidad central, y eso recién ocurrió en el año 1860.
Una de las renovaciones más importantes se realizó entre 1970 y 1979. Así, el Amstelhof se convirtió en una casa de enfermería moderna. Para lo que el patio central era de suma importancia, ya que los patios internos se encontraban hacinados.
El alerón trasero fue derribado para construir la nueva entrada principal. En el lugar donde se encontraban los cuartos de los enfermos y débiles y el llamado ‘zwakkenkelder’ (sótano de los débiles), pasó a ser el lugar donde se construyó la entrada de la nueva y moderna casa.

Despedida del asilo y un nuevo uso para Amstelhof

La atención sanitaria, a través de los siglos, fue cambiando muchísimo. Lo mismo sucede con el Amstelhof, primeramente un asilo de mujeres ancianas, luego un lugar para enfermos y cuidado sanitario de personas mayores. Con un total de 350 personas atendidas a diario, las exigencias de la nueva era traen consigo otro tipo de desafíos. La profesionalización de la atención sanitaria y el cuidado de los ancianos obliga al Amstelhof a tomar otra dirección.

El gobierno pone en práctica una ley que financia el cuidado sanitario de las personas de mayor edad, la famosa AWBZ (Algemene Wet Bijzondere Ziektekosten), una ley que permite financiar los gastos médicos excepcionales de las personas mayores. Esta ley aun sigue en vigencia, pero se encuentra en vías de ser reformada muy pronto.

Así, el uso y fin del Amstelhof empezó a perder pie, resultando en la posterior decisión de no seguir financiando el asilo y trasladar a los asilados a otros lugares más modernos y especialmente diseñados para las necesidades sanitarias del momento.

Para los residentes resultó una emotiva despedida, tras 325 años como asilo, Amstelhof despedía a sus últimos residentes. Para ellos trasladarse fuera del corazón de la ciudad de Amsterdam implicó un gran cambio.

La construcción del museo Hermitage
El museo Hermitage

Ya en 1888 la Diaconía había construido un ala nueva para las parejas casadas que querían habitar juntas. Fue el llamado edificio Neerlandia. Este fue el lugar donde en el año 2004 comenzaría la nueva aventura, el nuevo destino como museo Hermitage. Así fue posible disfrutar de las interesantes colecciones rusas de arte.

Tras una breve pero completa renovación, el edificio se convirtió en lo que hoy conocemos como el Hermitage. Se incluyó una tienda y un restaurante, y el el ático del edificio, tanto escolares como jóvenes talentos podían realizar sus trabajos y estudios.

Esta primera fase fue un ensayo y resultó un gran éxito. Poco después, donde originalmente estaba el edificio Neerlandia, primera fase del Hermitage, se le dio otro uso: se convirtió en un espacio exclusivamente destinado para los niños, el ‘Hermitage voor kinderen’ (Hermitage para niños).

Entre los años 2007 y 2009, el Hermitage vivió su gran metamorfosis. Varios arquitectos fueron responsables por la renovación y nuevo destino del resto del Amstelhof. Lo importante era mantener el exterior del monumento de manera intacta, aunque fue necesario limpiar la fachada y volver a pintarla. Hoy en día se conserva como fuera inaugurado en 1683.
Pero por dentro se ha transformado completamente.

El museo estatal Hermitage, el predecesor ruso
Hermitage en San Petersburgo

El museo Hermitage en la ciudad de Ámsterdam es una especie de tributo al famoso Hermitage que se construyó en el año 1762 en la ciudad rusa de San Petersburgo. Este es un museo estatal, una tremenda obra arquitectónica firmada por el italiano Francesco Bartolomeo Rastrelli, quien lo construyera en honor a la emperatriz Elizabeth II, dentro del complejo del palacio de invierno de los zares y zarina. Bordeando el río Neva, este imponente edificio alberga en su importante colección obras de Rembrandt, Da Vinci, Canova y Matisse, entre otros. Ya bautizado en tiempos de Catalina ‘la Grande’ como la ‘ermita’.
Poco después, se construyeron el Gran Hermitage (luego llamado Viejo) y la sala de teatro. En el siglo 19 el complejo fue ampliado con el Nuevo Hermitage, diseñado por Leo von Klenze. En 1852 se inauguró esta parte del Hermitage como museo. Por primera vez resultaba posible para todos los públicos la posibilidad de admirar las colecciones imperiales.

El zar Pedro ‘el Grande’ (1672-1725) se retiró en 1697 en secreto con una delegación rusa a Europa Occidental en misión diplomática. Durante ese viaje el zar sentó las bases de una tradición que continuaría hasta convertirse en una tradición colectiva: el adquirir obras de pintores occidentales e invitarlos a trabajar en Rusia.

Desde el año 1764 en adelante, por orden real se irían comprando diferentes  obras de arte en cantidad que han ido integrando la vasta colección que el museo posee. En 1850 el zar Nicolás compró la colección de arte del rey Guillermo II de Holanda, tras ser ésta subastada. En 1917, el Hermitage se convirtió en un museo estatal. En los años posteriores a la Revolución Rusa, las colecciones fueron creciendo aun más cuando la colección pasó a manos del estado.

En la actualidad el museo posee más de 3.000.000 de objetos, de los cuales 65.000 están expuestos a la vista en las 350 habitaciones que el Hermitage posee. Grandes partes de esta inmensa colección son exhibidas en los locales satélite, como lo es el Hermitage de Amsterdam. Sin embargo, la mayor parte de estos tesoros se encuentra en los depósitos del museo ruso.
Para los interesados en la colección pueden visitar el recorrido virtual que se ofrece desde su website Hermitage San Petersburgo. En inglés y ruso.

Celebrando los lazos entre los Países Bajos y Rusia

El Hermitage Amsterdam como lo conocemos hoy data desde febrero del 2004. Fue fundado como un pequeño museo y fue finalmente restaurado e inaugurado oficialmente el 19 de junio del 2009 por la por entonces reina de los Países Bajos, Beatrix y el otrora presidente de Rusia, Dmitry Medvedev. El día 20 de junio se realizó la apertura al público. 
 
Willem II, Anna Pavlovna y familia
Los primeros contactos entre Rusia y los Países Bajos tuvieron origen en el comercio. Ya desde el año 1500 comienzan estas relaciones comerciales, teniendo como punto de partida la ciudad puerto de Arkhangelsk en el norte de Rusia. A finales del siglo 17, el zar ruso Pedro ‘el Grande’ es el primero en ‘encender la luz’ hacia lo extranjero. Las primeras influencias holandesas, desde la República, hacen su entrada en el vasto país ruso. También en la ciudad de San Petersburgo, el más prestigioso proyecto personal del zar. Mientras que la ciudad costera al río Neva va cobrando importancia, el comercio de Arkhangelsk se va descentralizando. Y los holandeses que han estado influenciando también siguen su curso hacia la nueva ciudad del zar. Se instala así un enclave holandés en la ciudad, convirtiéndose muchos de ellos en proveedores exlcusivos.
A principios del siglo 19 se realizan contactos y posteriores enlaces aristocráticos entre las familias reales Romanov y los Oranje Nassau. Celebrando la boda entre la gran duquesa Anna Pavlovna y el príncipe heredero Willem II (Guillermo II), resultando de esta manera en 1840 en la primera reina de origen ruso.

Resulta interesante observar el árbol genealógico de la unión de estas dos grandes familias. Nos da la pauta que la historia de los Países Bajos está ricamente constituida por diferentes corrientes multiculturales.

Disfrutando de las colecciones rusas de arte de todo el mundo
 
El museo por dentro
En la actualidad se puede disfrutar de diversas exhibiciones temporales, mucha de ellas pertenecientes a importantes  coleccionistas rusos. Hasta el 30 de marzo aun puede admirarse la exhibición sobre los pintores franceses, los llamados Nabis. Entre ellos, se pueden apreciar obras cumbres de la pintura bucólica y post impresionista de pintores como Paul Gauguin, Pierre Bonnard y Maurice Denis. Los Nabis son un movimiento de artistas que hacen énfasis en el uso del color, la expresión, la imaginación y el simbolismo. Son los que dejan la vía libre para el futuro de la pintura abstracta.

Los comerciantes de arte ruso, Ivan Morozov y Sergej Sjtsjoekin, son ávidos coleccionistas de arte francés. Regularmente van de visita a las galerías parisinas donde se exhiben las más importantes obras de arte. Rápidamente se convierten los dos en los poseedores más importantes de la vasta obra artística de los franceses.

Se destaca particularmente la ‘sala de música de Morozov’, reconstruida especialmente para esta exposición en el Hermitage. Esta sala de música del salón de su propiedad en la ciudad de Moscú es obra de Maurice Denis, quien recibe como encargo la decoración de esta amplia habitación. Inspirado por el paisaje italiano, Denis realiza 7 diferentes pinturas y 6 paneles decorativos que juntos cuentan la historia mitológica de Amor y Psyche. Con gran honor, Morozov realiza recepciones para la élite rusa en su famosa sala de música. Es todo un orgullo para este coleccionista ruso el poder dar a conocer tan impresionante trabajo del pintor francés. Se convierte así en  the talk of the town’ (todos hablan sobre él). Muy interesante ver esta reconstrucción casi palaciega de esta admirada sala de música.

El Hermitage para niños
 
Niños en acción
En su predecesor local, el Hermitage ruso, siempre se le ha prestado especial atención a los niños. Desde el principio, el Hermitage Amsterdam decidió darle un lugar de privilegio a la educación, siendo el Hermitage School, el Hermitage Atelier y el Hermitage Academie las 3 partes del programa educativo de este museo. El punto de partida de estas 3 partes es la de desarrollar la visión artística y el talento de los niños. Bajo el lema ‘todo niño tiene derecho a descubrir su talento artístico’ se ha implementado un ambicioso programa de educación para la enseñanza primaria y secundaria. Con 5 estudios, 2 salones y una cafetería, el Museo Hermitage Amsterdam es el mayor espacio educativo de toda Holanda.

Para mayor información sobre visitas y precios consultar la website del Museo Hermitage Amsterdam

Libro consultado
Aquellos interesados en saber más sobre la historia del Amstelhof pueden consultar el libro 'Amstelhof - van verpleeghuis tot museum Hermitage Amsterdam' que yo misma he consultado para confeccionar este artículo.

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