Ya hacía un
tiempo que no me daba el gusto de visitar un museo. Y hacía rato que tenía el
Hermitage en la mira, pero por una razón u otra quedaba relegada la visita.
El pasado fin de
semana estuve en Ámsterdam con una amiga y aproveché que ella es también una
‘mente cultural’ como yo y fuimos juntas. Con la Museumkaart la entrada es
gratuita.
Al contrario de
los muchos museos que hay en Holanda y específicamente en la ciudad de Ámsterdam,
el Hermitage es algo diferente. Si bien está considerado como un museo, en mi
opinión tiene más calidad de edificio cultural que otra cosa. Pero para
entenderlo mejor tendremos que remontarnos primero a su pasado.
Imponente edificio con fines altruistas
Lo que más llama la atención es su tamaño y su
belleza arquitectónica. El Hermitage es un imponente edificio ubicado sobre dos
de los bellos canales de la ciudad de Ámsterdam, el Nieuwe Herengracht y el
Nieuwe Keizersgracht y pertenece al conjunto de edificios Amstelhof sobre la
calle Amstel.
Desde 1681
pertenece a la Diaconía, luego también a la llamada comunidad reformista, tras
la secularización.
Amstelhof antes |
Construido en
estilo clásico su primer fin fue el de asilo para personas mayores sin recursos
económicos (principalmente mujeres y luego también fueron admitidos hombres).
La construcción fue posible gracias a una donación de la dirección de la
municipalidad por ese entonces.
Durante más de
300 años fue exclusivamente utilizado como asilo y luego como hogar de cuidado
de ancianos.
En 1999 la
administración decidió pasar el edificio a la municipalidad de Ámsterdam y que
esta decidiera su nuevo destino. Los últimos residentes del asilo de ancianos
vivieron allí hasta el año 2007, y luego fueron a hogares más modernos que
fueron construidos en las ciudades de Nieuwe-Vennep y Diemen.
Historia y origen del edificio
Barent Helleman
fue un rico comerciante quien, al morir y no tener descendencia, dejó la suma
de 90.000 florines como legado a la parroquia de la por entonces Diaconía. La
diaconía decidió entonces construir la casa con ese dinero. Con la idea de
ayudar a las mujeres ancianas, llamadas ‘oude
besjes’ (algo así como ‘viejas abuelitas’). Durante esa época, las mujeres necesitadas
iban a parar a casas de cuidado particulares, lo cual resultaba ineficiente y
muy caro. Por esta razón la ciudad donó un pedazo de terreno para la
construcción de este asilo.
Actual fachada |
Amstelhof se terminó de construir unos 16 meses después. La
casa brindaba atención y lugar de hospedaje a alrededor de 400 mujeres. Las
mujeres que podían ir a vivir a la casa tenían que ser mayores de 50 años, ser
miembros de la iglesia como mínimo durante 10 años y llevar 15 años de
residencia en la ciudad de Ámsterdam.
Arquitectónicamente
poco tiene que ver con la fisonomía típica de las casas que bordean los dos
canales donde se encuentra ubicada. Una de sus características principales es
su fachada clásica, con una longitud de 102 metros que ya en 1683 era la casa
más larga de toda la ciudad. La propiedad cuenta con bellas proporciones, de
diseño sencillo y estructura simétrica. La entrada principal es monumental pero
es una entrada falsa. Los alcaldes de la ciudad no concebían una casa de
semejante tamaño que no tuviera su propia vereda, por lo que se creó una puerta
de las dimensiones necesarias, pero esta puerta da justo al pasillo central de
la iglesia, por lo que se decidió utilizar otra puerta como entrada principal
al asilo.
Al lado de la
falsa puerta principal se encuentra la puerta de proveedores, la llamada
Ossenporte (Puerta de los bueyes). Por allí se le daba acceso a los que traían
los alimentos, que llegaba en contenedores, plantas en macetas y animales vivos
enjaulados (como también bueyes) que entraban directamente al patio central,
donde luego eran sacrificados. En la actualidad esta es la puerta por donde
entran los visitantes al museo.
El hall (pasillo) de la Iglesia, centro del hogar
Pasillo de la iglesia |
Resulta bastante
impresionante caminar por las inmediaciones de la casa para, de repente,
encontrarse con este largo pasillo color blanco donde se encuentra la iglesia.
No sólo posee un inmenso órgano también están los bancos característicos. Con
grandes ventanales, es una estancia muy luminosa que irradia una gran paz.
Órgano de la iglesia |
Durante el siglo
17 funcionaba como sala principal del hogar. Aquí se realizaban los servicios
de misa y también funcionaba como comedor. Tres veces al día se servían comidas
en largas mesas para las ancianas residentes.
Hasta el siglo
20, esta sala era – después de la gran sala de los ciudadanos de la alcaldía ‘Burgerzaal
van het Stadhuis’) – la más
grande de toda la ciudad. Por esta razón se la utilizó en muchas ocasiones para
celebraciones y como sala de recepción para las visitas oficiales de
dignatarios de todo el mundo. Miembros de la Casa Real utilizaron Amstelhof
para sus visitas y también se organizó un gran almuerzo en honor al primer
ministro inglés Sir. Winston Churchill.
La mayoría de las
mujeres compartían las habitaciones, de a 4, de ahí el nombre de ‘chambrettes’ a dichas habitaciones.
Recepciones |
A principios del
siglo 18 se construyeron habitaciones individuales para las mujeres inválidas
y/o enfermas.
Los hombres
recién fueron admitidos a hospedarse a
partir de principios del siglo 18.
Ya en el año 1725
la cocina junto con la sala pasaron a quedar pequeñas, por lo que se decidió
traspasar la cocina al sótano que se mantuvo en uso hasta el año 1862. A diario
se cocinaba aquí en sus grandes calderas de ladrillo. Para lograr revolver la
comida, el cocinero tenía que treparse a una gran escalera de madera!
La cocina fue
posteriormente restaurada y se siguió utilizando hasta el siglo 18.
Las habitaciones
de los regentes se encuentran a ambos lados del edificio, que dan a las
esquinas sobre la calle Amstel. Desde estas recámaras se dirigían todos los
asuntos relacionados con la casa. Los regentes eran los responsables de la toma
de decisiones y representaban a la diaconía.
Reconstrucción del Amstelhof
Con el correr de los
siglos el asilo fue quedando pequeño. Ya no sólo albergaba a las mujeres
ancianas, luego también los hombres fueron admitidos y también parejas.
Las personas que
estaban enfermas o se encontraban en estado de extrema debilidad podían ocupar
sus propias habitaciones individuales, lo que resultó en la necesidad de crear
más espacio.
Técnicamente, el
Amstelhof necesitaba de varios ajustes, ya que para caldear las habitaciones
era necesario tener electricidad central, y eso recién ocurrió en el año 1860.
Una de las
renovaciones más importantes se realizó entre 1970 y 1979. Así, el Amstelhof se
convirtió en una casa de enfermería moderna. Para lo que el patio central era
de suma importancia, ya que los patios internos se encontraban hacinados.
El alerón trasero
fue derribado para construir la nueva entrada principal. En el lugar donde se
encontraban los cuartos de los enfermos y débiles y el llamado ‘zwakkenkelder’ (sótano de los débiles),
pasó a ser el lugar donde se construyó la entrada de la nueva y moderna casa.
Despedida del asilo y un nuevo uso para Amstelhof
La atención
sanitaria, a través de los siglos, fue cambiando muchísimo. Lo mismo sucede con
el Amstelhof, primeramente un asilo de mujeres ancianas, luego un lugar para
enfermos y cuidado sanitario de personas mayores. Con un total de 350 personas
atendidas a diario, las exigencias de la nueva era traen consigo otro tipo de
desafíos. La profesionalización de la atención sanitaria y el cuidado de los
ancianos obliga al Amstelhof a tomar otra dirección.
El gobierno pone
en práctica una ley que financia el cuidado sanitario de las personas de mayor
edad, la famosa AWBZ (Algemene Wet
Bijzondere Ziektekosten), una ley que permite financiar los gastos médicos excepcionales
de las personas mayores. Esta ley aun sigue en vigencia, pero se encuentra en
vías de ser reformada muy pronto.
Así, el uso y fin
del Amstelhof empezó a perder pie, resultando en la posterior decisión de no
seguir financiando el asilo y trasladar a los asilados a otros lugares más
modernos y especialmente diseñados para las necesidades sanitarias del momento.
Para los
residentes resultó una emotiva despedida, tras 325 años como asilo, Amstelhof
despedía a sus últimos residentes. Para ellos trasladarse fuera del corazón de
la ciudad de Amsterdam implicó un gran cambio.
Ya en 1888 la
Diaconía había construido un ala nueva para las parejas casadas que querían
habitar juntas. Fue el llamado edificio Neerlandia. Este fue el lugar donde en
el año 2004 comenzaría la nueva aventura, el nuevo destino como museo Hermitage.
Así fue posible disfrutar de las interesantes colecciones rusas de arte.
Tras una breve
pero completa renovación, el edificio se convirtió en lo que hoy conocemos como
el Hermitage. Se incluyó una tienda y un restaurante, y el el ático del
edificio, tanto escolares como jóvenes talentos podían realizar sus trabajos y
estudios.
Esta primera fase
fue un ensayo y resultó un gran éxito. Poco después, donde originalmente estaba
el edificio Neerlandia, primera fase del Hermitage, se le dio otro uso: se
convirtió en un espacio exclusivamente destinado para los niños, el ‘Hermitage voor kinderen’ (Hermitage para
niños).
Entre los años
2007 y 2009, el Hermitage vivió su gran metamorfosis. Varios arquitectos fueron
responsables por la renovación y nuevo destino del resto del Amstelhof. Lo importante
era mantener el exterior del monumento de manera intacta, aunque fue necesario
limpiar la fachada y volver a pintarla. Hoy en día se conserva como fuera
inaugurado en 1683.
Pero por dentro se
ha transformado completamente.
El museo estatal Hermitage, el predecesor ruso
Hermitage en San Petersburgo |
El museo
Hermitage en la ciudad de Ámsterdam es una especie de tributo al famoso
Hermitage que se construyó en el año 1762 en la ciudad rusa de San Petersburgo.
Este es un museo estatal, una tremenda obra arquitectónica firmada por el italiano
Francesco Bartolomeo Rastrelli, quien lo construyera en honor a la emperatriz
Elizabeth II, dentro del complejo del palacio de invierno de los zares y
zarina. Bordeando el río Neva, este imponente edificio alberga en su importante
colección obras de Rembrandt, Da Vinci, Canova y Matisse, entre otros. Ya
bautizado en tiempos de Catalina ‘la Grande’ como la ‘ermita’.
Poco después, se
construyeron el Gran Hermitage (luego llamado Viejo) y la sala de teatro. En el
siglo 19 el complejo fue ampliado con el Nuevo Hermitage, diseñado por Leo von
Klenze. En 1852 se inauguró esta parte del Hermitage como museo. Por primera
vez resultaba posible para todos los públicos la posibilidad de admirar las
colecciones imperiales.
El zar Pedro ‘el
Grande’ (1672-1725) se retiró en 1697 en secreto con una delegación rusa a
Europa Occidental en misión diplomática. Durante ese viaje el zar sentó las bases
de una tradición que continuaría hasta convertirse en una tradición colectiva:
el adquirir obras de pintores occidentales e invitarlos a trabajar en Rusia.
Desde el año 1764
en adelante, por orden real se irían comprando diferentes obras de arte en cantidad que han ido
integrando la vasta colección que el museo posee. En 1850 el zar Nicolás compró
la colección de arte del rey Guillermo II de Holanda, tras ser ésta subastada. En
1917, el Hermitage se convirtió en un museo estatal. En los años posteriores a
la Revolución Rusa, las colecciones fueron creciendo aun más cuando la
colección pasó a manos del estado.
En la actualidad
el museo posee más de 3.000.000 de objetos, de los cuales 65.000 están
expuestos a la vista en las 350 habitaciones que el Hermitage posee. Grandes partes
de esta inmensa colección son exhibidas en los locales satélite, como lo es el
Hermitage de Amsterdam. Sin embargo, la mayor parte de estos tesoros se
encuentra en los depósitos del museo ruso.
Para los interesados
en la colección pueden visitar el recorrido virtual que se ofrece desde su website Hermitage San Petersburgo. En inglés y ruso.
Celebrando los lazos entre los Países Bajos y Rusia
El Hermitage
Amsterdam como lo conocemos hoy data desde febrero del 2004. Fue fundado como
un pequeño museo y fue finalmente restaurado e inaugurado oficialmente el 19 de
junio del 2009 por la por entonces reina de los Países Bajos, Beatrix y el
otrora presidente de Rusia, Dmitry Medvedev. El día 20 de junio se realizó la
apertura al público.
Los primeros
contactos entre Rusia y los Países Bajos tuvieron origen en el comercio. Ya desde
el año 1500 comienzan estas relaciones comerciales, teniendo como punto de
partida la ciudad puerto de Arkhangelsk en el norte de Rusia. A finales
del siglo 17, el zar ruso Pedro ‘el Grande’ es el primero en ‘encender la luz’
hacia lo extranjero. Las primeras influencias holandesas, desde la República,
hacen su entrada en el vasto país ruso. También en la ciudad de San
Petersburgo, el más prestigioso proyecto personal del zar. Mientras que la
ciudad costera al río Neva va cobrando importancia, el comercio de Arkhangelsk
se va descentralizando. Y los holandeses que han estado influenciando también
siguen su curso hacia la nueva ciudad del zar. Se instala así un enclave
holandés en la ciudad, convirtiéndose muchos de ellos en proveedores
exlcusivos.
A principios del
siglo 19 se realizan contactos y posteriores enlaces aristocráticos entre las
familias reales Romanov y los Oranje Nassau. Celebrando la boda entre la gran
duquesa Anna Pavlovna y el príncipe heredero Willem II (Guillermo II), resultando
de esta manera en 1840 en la primera reina de origen ruso.
Resulta interesante
observar el árbol genealógico de la unión de estas dos grandes familias. Nos da
la pauta que la historia de los Países Bajos está ricamente constituida por
diferentes corrientes multiculturales.
Disfrutando de las colecciones rusas de arte de
todo el mundo
En la actualidad
se puede disfrutar de diversas exhibiciones temporales, mucha de ellas pertenecientes
a importantes coleccionistas rusos.
Hasta el 30 de marzo aun puede admirarse la exhibición sobre los pintores
franceses, los llamados Nabis. Entre ellos, se pueden apreciar obras cumbres de
la pintura bucólica y post impresionista de pintores como Paul Gauguin, Pierre
Bonnard y Maurice Denis. Los Nabis son un movimiento de artistas que hacen
énfasis en el uso del color, la expresión, la imaginación y el simbolismo. Son los
que dejan la vía libre para el futuro de la pintura abstracta.
Los comerciantes
de arte ruso, Ivan Morozov y Sergej Sjtsjoekin, son ávidos
coleccionistas de arte francés. Regularmente van de visita a las galerías
parisinas donde se exhiben las más importantes obras de arte. Rápidamente se
convierten los dos en los poseedores más importantes de la vasta obra artística
de los franceses.
Se destaca
particularmente la ‘sala de música de
Morozov’, reconstruida especialmente para esta exposición en el Hermitage. Esta
sala de música del salón de su propiedad en la ciudad de Moscú es obra de
Maurice Denis, quien recibe como encargo la decoración de esta amplia
habitación. Inspirado por el paisaje italiano, Denis realiza 7 diferentes
pinturas y 6 paneles decorativos que juntos cuentan la historia mitológica de
Amor y Psyche. Con gran honor, Morozov realiza recepciones para la élite rusa
en su famosa sala de música. Es todo un orgullo para este coleccionista ruso el
poder dar a conocer tan impresionante trabajo del pintor francés. Se convierte
así en ‘the talk of the town’ (todos hablan sobre él). Muy interesante ver
esta reconstrucción casi palaciega de esta admirada sala de música.
El Hermitage para niños
En su predecesor
local, el Hermitage ruso, siempre se le ha prestado especial atención a los
niños. Desde el principio, el Hermitage Amsterdam decidió darle un lugar de
privilegio a la educación, siendo el Hermitage School, el Hermitage Atelier y
el Hermitage Academie las 3 partes del programa educativo de este museo. El punto
de partida de estas 3 partes es la de desarrollar la visión artística y el
talento de los niños. Bajo el lema ‘todo niño tiene derecho a descubrir su
talento artístico’ se ha implementado un ambicioso programa de educación para
la enseñanza primaria y secundaria. Con 5 estudios, 2 salones y una cafetería,
el Museo Hermitage Amsterdam es el mayor espacio educativo de toda Holanda.
Para mayor información sobre visitas y precios consultar la website del Museo Hermitage Amsterdam.
Libro consultado |
Aquellos interesados en saber más sobre la historia del Amstelhof pueden consultar el libro 'Amstelhof - van verpleeghuis tot museum Hermitage Amsterdam' que yo misma he consultado para confeccionar este artículo.
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