miércoles, 24 de abril de 2013

Museo Ons Lieve Heer Op Solder - La iglesia escondida

Fachada del edificio
Hace rato que no visito un museo. Y eso no puede ser, teniendo la Museumkaart no debería tener excusa, lo sé. Pero a veces no pasa sólo por el dinero, sino por el tiempo y cómo se utiliza el tiempo también.
Las veces que he ido a Amsterdam han sido siempre momentos de mucha actividad social. Cuando organizaba los eventos íba cada semana y aprovechaba para encontrarme con gente, hacer network pero raras veces me sucedía poder perderme en la ciudad y recorrer sus calles y lugares de manera espontánea.







Un barrio antiguo y muy particular

Igualmente, qué sorpresa me llevé cuando un día me sobró el tiempo y pasando por el Barrio Rojo de Amsterdam me quedé mirando durante un tiempo el cartelito que decía Museum Ons Lieve Heer Op Solder. Debo admitir que algo conocía sobre la historia de este museo, pero no sabía exactamente qué tesoro se encontraba dentro.
Ante todo, tengo que decir que tengo un amor muy especial por las iglesias como templos de meditación y como obras magnas de arquitectura.

Ya había pasado algunas veces por esta calle y había visto el cartelito, que siempre me invitaba a entrar. Pero quizás por una sensación extraña de estar en el Barrio Rojo y al mismo tiempo ver algo relacionado con la religión, no me terminaba de convencer subir las escaleritas y entrar.

Aquel día que me sobró el tiempo, más precisamente toda una tarde, me había bajado de un bus y había estado caminando durante un rato por el centro de Amsterdam. Suelo perderme porque no tengo sentido de orientación y sólo me ubico en un lugar cuando ya he pasado varias veces por ahí y reconozco tiendas o carteles. Tengo memoria fotográfica, por lo que esta es la única manera en que me oriento por lugares que no conozco. O utilizo mi GPS, que me ha salvado más de una vez!

Ons Liever Heer Op Solder, el museo que guarda un tesoro
El tesoro oculto

En todo caso, aquel día vagaba por las calles de Amsterdam con una bolsa de ropa (venía de un kledingruilbeurs) y hacía frío.
Pasé por la famosa Oudezijs Voorburgwal en el número 40 y ví el cartelito. Me decidí a entrar. El lugar por fuera no se parece en nada a un museo, es una de esas casas típicas de Amsterdam construída en el siglo 17. La casa está situada en el borde de un canal, por lo que toda la zona es muy turística. Y además es la zona más antigua de Amsterdam. Pero el museo no es lo que se dice justamente llamativo.
Entré, mostré mi tarjeta, y me dediqué a observar la entrada principal donde estaba el mostrador, siglos atrás ésta había sido la entrada de la casa de un rico comerciante que había vivido allí con su familia.
Todo muy sobrio, la gente muy atenta. Por suerte había lockers, de esos que te devuelven las monedas y pude dejar todos mis bártulos y dedicarme a recorrer el museo con tranquilidad. Además de llevarme un planito que me dieron gratuitamente también me ofrecieron el aparatito para hacer el audio tour. Si bien podía elegir ponerlo en español, elegí el holandés, para practicar.
Una iglesia con segunda planta!

El viaje comienza por una escalera que sube y sube y en cada piso vas descubriendo cómo era la vida de una típica familia holandesa del siglo de oro holandés. La casa data originalmente de alrededor del 1630.
En 1661 la casa fue comprada por un comerciante alemán llamado Jan Hartman. Hartman la refaccionó y aun se conserva su bello interior desde esta época.
La propiedad es conocida por su iglesia oculta en el ático, construida sobre la profundidad de la enorme buhardilla que ocupa todo el ático de la casa de Oudezijds Voorburgwal y la casa que está justo al lado sobre la calle Heintje Hookssteeg. En el ático de esta casa se encuentra el gran tesoro y motivo de este especial museo: una iglesia católica romana. La congregación llegaba hasta el ático desde las escaleras que ahora subía yo con tranquilidad, las escaleras de la casa de la familia Hartman. La gente que acudía a la misa llegaba por una entrada ubicada en el callejón de la casa adyacente.

Historia de la propiedad y de la iglesia del ático
Plano de la casa por dentro

La iglesia fue fundada en el tiempo de la Reforma, cuando se le prohibió a los católicos ejercer su religión y se cerraron todas las iglesias católicas que había en ese momento. Muchas fueron utilizadas para la práctica protestante, otras simplemente se vaciaron y se vendieron para ser utilizadas con otros fines.


Jan Hartman tenía su tienda en el primer piso y el almacén en el sótano de su casa. En la primera planta se encontraba la sala de recepción donde Hartman recibía a sus clientes.
Jan Hartman era católico y su hijo estaba estudiando para ser sacerdote.
En aquella época pocas personas conocían la verdadera función de la casa, aunque la municipalidad sospechaba y hacía simplemente la vista gorda, más que nada por la fama de tolerancia que la ciudad de Amsterdam tiene respecto de todas las religiones que la habitan.
Durante más de 200 años la iglesia funcionó como tal, siendo una de las únicas que congregaría a los católicos que profesaban su fé.

En el año 1739, el padre Ludovicus Reiniers compró la propiedad. Decide vivir en la casa de adelante y dejar que sea más fácil el acceso a la iglesia construyendo una escalera de madera comunicada a la casa que da al callejón.
Durante el curso del siglo 18 se coloca un nuevo altar en la iglesia. Y en 1794 Hendrik Meijer dona el órgano que aun hoy se puede ver.
Es recién después del siglo 19 que los católicos obtienen permiso para profesar su religión y sus misas de adoración en forma pública. Durante este tiempo la iglesia del ático era conocida con el nombre de 'Het Hart' (El Corazón) y después de la Reforma recibe su nuevo y romántico nombre "Ons Lieve Heer Op Solder" (Nuestro Adorado Señor del Atico).

La iglesia como museo

Con la consagración de la iglesia de Sint Nicholaas, situada frente a la estación de trenes de Amsterdam Centraal, en 1887, pierde "Ons Liever Heer Op Solder" su función parroquial. Ese mismo año un grupo de Amsterdammers católicos decide comprar la casa contigua y así salvar la propiedad de la demolición. Un año más tarde, el 28 de abril de 1888, abre sus puertas por primera vez al público como museo.
El Museo 'Ons Liever Heer Op Solder' es un monumento único, y se encuentra listado entre los 100 monumentos del patrimonio holandés de la UNESCO.
Es una combinación única de monumento, iglesia y casa más la ubicación en el casco antiguo de la ciudad. Además es uno de los museos más antiguos, con más de 350 años.
Desde 1888 en adelante ha estado el museo funcionando como tal.

Los planes para el futuro

De cara al futuro el museo enfrenta nuevos desafíos, ya que en el año 2011 se terminaron una de las etapas más importantes de su restauración: el ático ha quedado completamente restaurado y en 2012 la restauración de la iglesia.
El nuevo museo será el doble de grande y estará formado por dos casas a ambos lados de la calle Heintje Hookssteeg: la Casa Antigua (el edificio) y la Casa Nueva (la propiedad vecina dispuesta para ser convertida en museo).
En este link pueden ver un video en holandés sobre los planes arquitectónicos y podrán adquirir una idea más concreta sobre el museo y su iglesia oculta.

El museo organiza regularmente exposiciones, presentaciones y actividades. Todas estas estrechamente relacionadas con la historia de la propiedad y la colección del museo.

Misas dominicales

Soldermis
Durante los meses desde Octubre a Mayo se celebra una misa cada primer domingo de cada mes en la antigua iglesia del ático, llamada así Soldermis (Misa del ático). Estas misas católicas comienzan a las 11:00 hs. Para los feligreses que desean participar de la misa el acceso es gratuito. Después de la misa hay un momento para tomarse un café dentro del museo.
La siguiente Soldermis se realizará el domingo 5 de mayo de 2013 con coro Gregoriano.
Durante la misa el coro de niños de la 'Schola Rhythmus et Metrum' canta los himnos latinos del sexto domingo de Pascua. Este es un grupo escolar de entusiastas cantantes dirigidos por Dick van Campen. Esta escuela coral canta conforme a la práctica original de los siglos 8 y 9, tiempo que se le dedicaba especial atención al ritmo.
Para más información pueden ver el link de la agenda de actividades aquí.

Epílogo

Personalmente más allá de la historia de la propiedad, tengo que decir que fue para mí una agradable sorpresa conocer este museo. Más allá de la religión que uno profese, nadie debería perderse ver cómo es posible que exista una iglesia en un ático.
Da cuenta de la creatividad y necesidad de Jan Hartman, como inmigrante en la ciudad de la tolerancia por excelencia.

Como inmigrante y además educada católicamente, no pude dejar de sentir cierta emoción por lo que se debe haber vivido y respirado en aquellos tumultuosos años de prohibición, durante la reforma de la iglesia.
Es un monumento único en su clase. Además, la gente que allí trabaja es cálida y atenta.
Me fui con una sensación de satisfacción casi única. Razón de más para compartir esta experiencia con todos ustedes.

Para los niños tienen un speurtocht (safari de búsqueda) y se le da mucha importancia a cada rincón de la casa, siendo por supuesto la iglesia la protagonista absoluta de este singular museo.

Nadie se irá desilusionado. Lo aseguro.


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